miércoles, 7 de mayo de 2008

¡ESCUCHAR, SEÑORES Y SEÑORITAS!

DIEZ REGLAS DEL ARTE DE ESCUCHAR[1]


1. ESCUCHA IDEAS, NO DATOS


Los buenos historiadores desdeñan los libros de historia que sólo acumulan datos —nombres de reyes, fechas dc batallas— sin integrarlos en un marco inteligible.

No caigas en ese defecto al escuchar. No seas un mero recolector de datos. Escucha las ideas. Las ideas son el marco de toda conversación. Las ideas acaso no sean fáciles de encontrar, pero están ahí. Los datos se mencionan únicamente para probar la validez de las ideas. Al escuchar, pregúntate a ti mismo: «Por qué me da ese dato?» «A dónde lleva?» «De ser cierto, ¿qué demuestra?» Y si de hecho demuestra una idea, «a dónde lleva esa idea?» Escucha ideas, no datos.


2. EVALÚA EL CONTENIDO, NO LA FORMA

«Pigmalión», de George Bernard Shaw, es una de las grandes obras teatrales del pasado siglo. Tanto en su forma original como en la versión musical, «My Fair Lady», constituyó un éxito artístico y económico.

El profesor Henry Higgins, uno de los personajes principales de la obra, es capaz de descubrir el lugar de nacimiento, el status social, la ocupación y muchos otros datos de cualquier persona con sólo oírle pronunciar una frase. Sin embargo, aunque presta atención a cómo le hablan, por lo general se olvida de oír lo que le dicen. Eliza Doolittle le explica una y otra vez que quiere ser aceptada como ser humano, con sus sentimientos y emociones. Higgins, sin embargo, nunca oye el contenido de su mensaje, y, a causa de este descuido, es despreciado para siempre.

Esta historia nos sirve para subrayar una cuestión importante: la esencia de todo mensaje es el contenido; la forma es secundaria. Al escuchar debemos acostumbrarnos a buscar y centrarnos en el contenido.

Se puede hablar con encanto y estilo, agradablemente, sin decir realmente nada. Se puede hablar con aire de autoridad y estar totalmente confundido. Se puede hablar toscamente y decir cosas importantes. ¡Supera los prejuicios y escucha! Quizás te alegres de haberte tomado esa molestia.
Escucha atentamente lo que dice la gente; fíjate en sus palabras, no en su forma de expresarse.


3. TOMA NOTAS

El que sabe escuchar sabe también ser flexible. Sabe que el principio básico del arte de escuchar estriba en el reconocimiento de que cada persona es única y hay que escucharla de un modo particular. Con ciertas personas es necesario tomar muchas notas. Con otras, bastan unas pocas. El estilo de las notas debe reflejar el estilo del que habla, ¡no el del que escucha!
Intenta captar tan pronto como sea posible la forma en que el que habla organiza sus ideas, y adapta tus notas a ese estilo formal.

En ocasiones, se pueden resumir largos párrafos en una simple frase. Los ejemplos no es necesario recordarlos; su función es ayudar a comprender la idea.

En ocasiones, los datos y los detalles son esenciales: constituyen la esencia de la cuestión. En ese caso habrá que anotados. Cuando el jefe está dando instrucciones o un cliente especificaciones acerca del trabajo que has de hacer, los detalles constituyen el mensaje. Lo mismo se puede decir en el caso de las personas que hablan en público.

Algunos oradores son muy densos: la mayor parte de lo que dicen es importante. Otros necesitan mucho tiempo para exponer cada punto. Algunos hacen un exordio largo y lento pero, cuando entran en materia, dicen mucho en poco tiempo.

Fíjate en el estilo propio de cada uno.

Y fíjate, tanto como en sus palabras, en su actitud. ¿Está diciendo algo con intención de hacer gracia? Entonces probablemente se trata de un ejemplo. ¿Puedes decir por su actitud que se trata de un chiste? ¿O que está diciendo algo verdaderamente importante para él? Estas constituyen señales para el que escucha, para el que toma notas. Estate atento a ellas.
Cuanto mejores sean las notas, tanto mejor habrás escuchado. Toma nota: tomando nota se aprende a escuchar.


4. CONCÉNTRATE

El que sabe escuchar evita las distracciones, ya suprimiéndolas, ya resistiéndose al impulso a dejarse llevar por ellas cuando no es posible suprimirlas del todo. El que escucha mal se distrae con facilidad. En verdad, el que escucha mal parece a veces que incluso provoca las distracciones.
Concentrarse tampoco consiste en estar rígido, las mandíbulas prietas, la mirada febril, los nudillos blancos de tensión. Con ese falso género de concentración no se puede hacer nada, ni devolver una pelota en el tenis, ni aprender a bailar, ni disfrutar de una conferencia.

La verdadera concentración es atención, pero atención distendida. Es tener la mente abierta e interesada. Es llegar pronto a la reunión (o a la conferencia, película, obra teatral o discurso) para conseguir un asiento desde donde puedas oír bien, donde los motivos de distracción queden a tus espaldas, no entre ti y el orador.

No esperes a que el que habla capte tu atención; céntrate en él. Pon en él tu mente y tu atención. Busca la esencia de lo que dice. Y, cuando la encuentres, no dejes de atender: puede haber más.
Escucha igual que quisieras que los demás te escucharan a ti; de ese modo, el que habla y tú lograréis la máxima comunicación. La concentración es algo que se nota, y el que habla se dará cuenta enseguida.

Sé consciente de lo que te impide concentrarte. y lucha contra ello.


5. EL PENSAMIENTO ROMPE LA BARRERA DEL SONIDO

Pensarnos cuatro veces mas rápido de lo que hablamos. Eso significa que tu pensamiento puede adelantarse al que te está hablando y que después, cuando trates de volver al hilo del discurso, te resultará casi imposible hacerlo. Aun cuando él se exprese con lentitud, te habrá dejado atrás. Internas entonces adivinar qué ha dicho y qué va a decir.., cayendo así en el fantaseo.

El que sabe escuchar aprovecha la diferencia de velocidad entre el pensamiento y la palabra, empleando el tiempo sobrante en reunir las ideas, interpretar la elección de términos, evaluar la fuerza y la lógica de los argumentos del qué habla y responder con gestos de la cara o movimiento corporales.

El que sabe escuchar se pregunta si tal cosa constituye realmente un dato importante, cómo casa tal afirmación con tal otra, si tal manifestación coincide con su propia experiencia...
Aprovecha de modo productivo la diferencia de velocidad entre el pensamiento y la palabra hablada.


6. ESCUCHA ACTIVAMENTE

Sigmund Freud fue una de las personas que más profundamente han escuchado a los demás. De hecho, todo el psicoanálisis se basa en escuchar a las personas.

Freud comprendió el valor curativo que tiene el hablar con alguien que nos escuche y nos comprenda. Sabía también que eligiendo las palabras, la forma de hablar (y de no hablar), los movimientos de las manos y las expresiones faciales, revelamos lo más profundo de nuestros pensamientos y sentimientos. Freud aprendió por sí mismo a prestar la máxima atención a todas estos detalles: quienes le vieron trabajar recordaban más tarde que se mostraba extraordinariamente atento, alerta y vivo mientras escuchaba.

Escuchar bien es escuchar activamente. Es hacer saber al interlocutor que lo estamos escuchando. Es repetir con palabras nuestras lo que ha dicho, de modo que pueda comprobar si le hemos entendido bien. Es preguntar cuando no hemos comprendido algo y asentir con la cabeza cuando hemos comprendido. Es pensar en las consecuencias de lo que dice nuestro interlocutor y plantear preguntas que se lo hagan ver. Esto da al que habla la oportunidad de rectificar malentendidos y llenar huecos, de modo que el mensaje quede claro.

Escuchar es una labor ardua, pero fructífera. Escucha activamente.


7. ESCUCHA CON OPTIMISMO

Aunque un tema parezca muy aburrido a primera vista, existen cientos de personas, acaso miles, que han hecho de él el centro de su vida. Al principio quizá parezca aburrido, oscuro, lleno de pormenores; pero, si te esfuerzas por interesarte en él, quizá quedes sorprendido al ver el provecho que puedes sacar.

Todos hemos tenido la experiencia de, tras haber sentido antipatía por una persona en un primer momento, verla convertida después en un amigo intimo y preciado. Lo mismo sucede con ciertos temas: al principio nos resultan aburridos y luego pasan a ser nuestros favoritos.

Ahora bien. ¿por qué perder el tiempo esperando que una persona o un tema nos atraigan? Existe un medio más adecuado: hacer un esfuerzo consciente para interesarnos desde el principio.

Si nos enfrentamos a las materias nuevas con actitud optimista, podemos encontrarnos con que sucede algo apasionante. El nuevo tema será fácil de asimilar, interesante, y, quién sabe, quizás lleguemos a enamorarnos de él y a transmitir nuestro conocimiento a otros.
Escucha con optimismo.


8. NO SALTES A LAS CONCLUSIONES

A veces, empezamos o oír hablar a una persona e inmediatamente nos imaginamos que podemos completar el resto, que sabemos lo que va a decir a continuación, de modo que dejamos de escuchar.

Luego. estamos convencidos de que esa persona ha dicho realmente lo que pensábamos que iba a decir. No obstante, dice que le hemos entendido mal, y seguro que tiene razón.

Saltar a las conclusiones es un fallo común. Al suponer que sabemos lo que viene a continuación, podemos perjudicar seriamente la comprensión de lo que realmente no está diciendo nuestro interlocutor en ese preciso momento. Y a partir de ahí, todo va de cabeza, perdemos el hilo de la conversación y nos hundimos, sin esperanza de salvación, en las arenas movedizos de nuestra mente. Espera. Sigue a la escucha. Atiende. Limpia tu mente de ideas propias y escucha las del otro. No saltes a las conclusiones.


9. MANTÉN LA MENTE ABIERTA... CONTÉN LOS SENTIMIENTOS

Ten cuidado con las palabras que tienen carga emotiva, palabras que ponen en movimiento pensamientos, sentimientos y recuerdos. Para el que escucha mal, que se distrae fácilmente con cualquier cosa, la lista de palabras de este género es prácticamente infinita. El que escucha mal parece estar a la espera de la palabra errónea para perder el hilo de la conversación o distraerse del tema central de la misma.

Hay palabras de este estilo que no se pueden ignorar, pero siempre se puede reducir el peligro al mínimo. Recuerda qué palabras provocan en ti sentimientos. Luego, cuando oigas alguna de ellas en una conversación o en un discurso, toma nota simplemente de su presencia y sigue adelante, centrando la atención en las ideas esenciales. De esta manera podrás contrarrestar el potencial electo perturbador de esas palabras.

Mantén la mente abierta... contén los sentimientos.


10. EJERCITA LA MENTE

Todos sabemos que, en el caso del trabajo físico, sólo mediante el esfuerzo puede uno crecer, fortalecerse, aumentar su capacidad y mejorar sus logros. Lo mismo se puede decir del trabajo mental: sólo manejando temas difíciles ganamos confianza en nuestras facultades mentales y las desarrollamos.

Si, cuando se plantea una cuestión compleja, lo que haces es «desconectar», perderás una gran oportunidad de aprender, de descubrir, de ampliar tus horizontes. Todos hemos tenido la experiencia de cómo, una vez que hemos dominado un campo de conocimientos y nos hemos familiarizado con él, nos ha servido para comprender otros campos más complejos. Se trata de un sentimiento embriagador, uno de los goces del aprender. Sentimiento que sólo se puede vivir sí al escuchar acogemos con ilusión y recibimos no con temor la información compleja que nos llega.
No hay diferencia entre el nivel de inteligencia del que escucha bien y el del que escucha mal. Pero éste y aquél tienen actitudes marcadamente diferentes frente a las materias difíciles. La actitud esforzada del que escucha bien le lleva a ampliar su horizonte intelectual y ampliar su capacidad de concentración.

[1] La información contenida en este artículo se basa en material elaborado por el Dr. Lyman K. Steil, presidente de la División de Comunicación Oral, Departamento de Retórica, de la Universidad de Minnesota y asesor especial de Sperry.

55 comentarios:

Jaime Arbey Atehortúa Sánchez dijo...

Buenos dias

Atendiendo a la máxima de RELEVANCIA, me parece PERTINENTE que en este blog de Taller de Lenguaje hablemos de una habilidad que poco se tiene en cuenta, no sólo en la academia, sino también en la vida cotidiana: la escucha.

Nadie enseña a escuchar, pero todos deberíamos aprenderlo, más aun nosotros en nuestro rol de comunicadores y periodistas. Ya suena a cantaleta, pero qué le vamos a hacer: el buen y verdadero comunicador no es el que más habla, sino el que más y mejor escucha.

Una queja cotidiana (queja de mi parte y queja de varios colegas)de las dinámicas de ambos grupos es la poca disposición y atención en clase de algunos -no generalicemos ni tamoco digamos que "la mayoría"-. Entonces, aprovechemos este espacio para hacer un examen introspectivo, personal y grupal, de cuáles son nuestras debilidades y fortalezas en relación con la habilidad de la escucha. Seamos propositivos y no reactivos. Y antepongamos la argumentación y el criterio a la superficialidad y, más aun, al señalamiento de responsabilidades individuales.

Termino con una frase que alguna vez escuche: "Sólo gana el derecho a hablar aquél que ejerce su deber de escuchar".

¿Cuántos de nosotros nos hemos ganado ese derecho a hablar en clase?

Saludos,

Jaime Arbey Atehortúa Sánchez

Duván de Arco dijo...

Algo tan cierto, pero tan difícil de poner en practica (lo digo por mi situación), como lo es aprender a escuchar. En realidad, me tomare el atrevimiento de decir que escuchar es un don, sí, don que muchos no poseemos, y yo por mi parte, carezco de el.
Cuando alguien esta en frente hablando un tema, que en realidad es interesante, la mayoría de sus oyentes no le prestan atención, y la pregunta es ¿si no fuera interesante o importante su aporte o su clase, en realidad estaría en frente hablando? Esto es algo que muchos de nosotros no comprendemos, y por tal razón, en ocasiones nos quejamos de las consecuencias.
La cantaleta que nos da el profesor Jaime nos hace en su publicación (que en realidad no es ninguna cantaleta), me pone a reflexionar, de lo que hago en algunas clases. Lo mismo deberían hacer los demás que publicaran, lean y tomen conciencia del asunto, puesto que este problemita de no prestar atención o e no saber escuchar, nos esta fregando a todos por parejo.
Para concluir, quiero comunicarles, que la enseñanza que acabo de aprender, me hubiese sido muy útil en otros tiempos, desgraciadamente, por ser ignorante, me arrepiento de varias cosas, que por no prestar atención a las ideas, por no concentrarme, por no tomar notas, etc.

Duván de Arco dijo...

Algo tan cierto, pero tan difícil de poner en practica (lo digo por mi situación), como lo es aprender a escuchar. En realidad, me tomare el atrevimiento de decir que escuchar es un don, sí, don que muchos no poseemos, y yo por mi parte, carezco de el.
Cuando alguien esta en frente hablando un tema, que en realidad es interesante, la mayoría de sus oyentes no le prestan atención, y la pregunta es ¿si no fuera interesante o importante su aporte o su clase, en realidad estaría en frente hablando? Esto es algo que muchos de nosotros no comprendemos, y por tal razón, en ocasiones nos quejamos de las consecuencias.
La cantaleta que nos da el profesor Jaime nos hace en su publicación (que en realidad no es ninguna cantaleta), me pone a reflexionar, de lo que hago en algunas clases. Lo mismo deberían hacer los demás que publicaran, lean y tomen conciencia del asunto, puesto que este problemita de no prestar atención o e no saber escuchar, nos esta fregando a todos por parejo.
Para concluir, quiero comunicarles, que la enseñanza que acabo de aprender, me hubiese sido muy útil en otros tiempos, desgraciadamente, por ser ignorante, me arrepiento de varias cosas, que por no prestar atención a las ideas, por no concentrarme, por no tomar notas, etc.

Duvan De Arco.
Seccional Bajo Cauca.

Exitos.

Yeraldín Atencio dijo...

ESCUCHAR
Más que una palabra, es un acto que muy pocas personas hacemos debidamente. Cuando se escucha no siempre se comprende o se interpreta de manera correcta lo que el otro dice. En cierta ocasión escuché: “quien realmente tiene el poder no es el que habla sino, el que escucha.” Y comparto este pensamiento, aun que para mí, al igual que para muchos sea más fácil hablar que escuchar. Pero viéndolo de esa manera es lógico, las cosas difíciles se imponen.
Ahora, escuchar no solo nos sirve para “manipular” a quien habla; sino también, para comprender y mantener un dialogo en pro al fortalecimiento y enriquecimiento de nuestro aprendizaje diario.
Podemos aprender de la naturaleza, de los niños, de los ancianos, de los locos de los cuerdos, de los flojos, de los psicorígidos, en fin de todo y de todos. Solo necesitamos un oído atento, una mente abierta y despierta.
Me parecen muy coherentes las 10 reglas del arte de escuchar, y considero que en lugar de huirle o abrogarla como a toda ley, norma o regla deberíamos aplicarlas y disfrutarlas.
¡Los quiero mucho!

Yeraldín Atencio Castillo
Seccional Bajo Cauca.

Anónimo dijo...

José Olascoaga Ortega
jose.olascoaga.ortega@gmail.com
Seccional Bajo Cauca
Una indirecta bastante directa, no sé si para los de Oriente, pero sin duda para los de Caucasia sí.
Debo hacer una aclaración antes de comenzar: hablaré en tercera persona porque me siento más cómodo; pero, recuerden que “el ladrón juzga por su condición”, y para la mayoría de los compañeros que lean esto no será difícil inferir que yo, aquí, hago referencia a mí mismo, porque sé que tengo algunos problemas de atención (no todos).
Es cierto, profesor, se me cae la cara de la vergüenza; creo que a gran parte del salón le ocurre lo mismo, porque hay un problema gravísimo de escucha.
Primero que todo, en nuestra aula, existen varios aspectos que impiden la expansión total del mensaje que el expositor, sea quien sea, refiera, tal vez por la falta de educación, o de la aplicación de las técnicas de estudio (que ya nos han reiterado los profesores).
Con respecto a lo anterior, se debe afirmar que, por mucho que los estudiantes intenten seguir las técnicas mencionadas, les resulta difícil hacerlo porque no las ponen en práctica constantemente, muestra de la falta de concentración que se observa. Pocos son los que saben que hay que darle importancia más a las ideas que a los datos, porque los últimos aumentan la credibilidad de la primera. Para sumarle a lo dicho, los compañeros viven pendientes de los errores que pueda cometer el expositor al hablar –¡paciencia! El que está al frente es un ser humano, no un semidiós–, razón por que se distraen y cuchichean entre sí para criticarlo. También, se puede afirmar que la mayoría de los que toma nota, no lo hace correctamente; eso sin mencionar la falta de concentración que se percibe, incluso desde que uno está en el pasillo cercano al salón (es en serio), por ese escándalo que se oye… Por esta afirmación de la situación, que roza con el testimonio, en el salón de clases no se escucha ni activamente, ni con optimismo, ni con nada… nadie dice: “el tema de hoy será súper bueno, así que me lo voy a gozar, aunque sea de Introducción a la… (O también, de Taller de…)”.
Hay otros problemas, no tan frecuentes, pero están: se mantiene adivinando lo que el profesor dirá o concluirá, se expresa todo lo que una palabra nos recuerda (“mi mamá”, “el día en que fui a Cartagena”, “la muerte de mi gato”, “mi amiga que se fue para España”, “mi primer ‘tamagouchi’…”).
En conclusión, en el salón de Comunicación Social- Periodismo de la Universidad de Antioquia, Seccional Bajo Cauca, se oye un ruido eterno; pero no se escucha nada.

Adonis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Adonis dijo...

Como es sabido, la lengua materna se compone de cuatro habilidades: lectura, escritura, habla y escucha; pero a estas dos últimas y en especial la escucha, son a las que menos atención se les ha prestado. Los seres humanos, no entiende que tiene un boca para hablar menos y dos oídos para escuchar más, como bien se expresa en el artículo publicado por el doctor Jaime Arbey Atehortúa Sánchez, la escucha es un arte, y es un arte que como todos puede ser susceptibles de reglas que permitan una mayor aprehensión por parte de quien este interesado en aprenderlo y no pudo ser más preciso el escritor del artículo, cuando las acoge en diez reglas – que pueden ser denominadas como básicas, en principio – que si se ponen en práctica, se convertir en elemento indispensable, para que los individuos se conviertan en mejores seres humanos, y por consiguiente, mejores profesionales.

No solamente tienen que ser buenos escuchas, los psicólogos, abogados, entre otros. Sino, también, los comunicadores sociales, si lo que se quiere es alcanzar el éxito en esta carrera no sobran las palabras del periodista español Dan Gillmor “Un buen comunicador – haciendo alusión a los comunicadores sociales– domina tanto la destreza para hablar en público como la habilidad de escuchar activamente” “Escuchar es el ingrediente clave de la comunicación efectiva”.

Es interesante, el objetivo que busca, el artículo ¡escuchar, señores y señoritas!: diez reglas del arte de escuchar, que no es más que el que se tome consciencia de la importancia de la escucha en la vida del hombre. Por medio de ella, el individuo podrá captar la intensión y sentimientos del interlocutor, que le permitan ganarse su confianza, logrando así un ambiente propicio para desarrollar la capacidad de persuasión y aunque no haya “diferencia entre el nivel de inteligencia del que escucha bien y el del que escucha mal (…)la actitud esforzada del que escucha bien le lleva a ampliar su horizonte intelectual y ampliar su capacidad de concentración, es decir, el que aprende a escuchar obtiene las llaves para el éxito en todas las facetas de la vida humana: académica, profesional, familiar, sentimental, entre otras.

ADONIS MONCADA
SECCIONAL BAJO CAUCA.

Mauricio Andrés Herazo Rodríguez dijo...

No quiero caer en el círculo vicioso de las ideologías absurdas de la mayoría de mis compañeros de clase, es decir, la masa que conforma el programa de Comunicación Social – Periodismo de la Universidad de Antioquia (Seccional Bajo Cauca), pero desafortunadamente voy a tender a dicha ideología.
De la manera más comedida y respetuosa me dirijo a usted profesor Jaime Arbey Atehortúa, no con el objeto de censurarlo, pero sí con el objeto de solicitarle (de acuerdo con la máxima de RELEVANCIA y en conformidad con la de MODO) que por favor sea más claro y pertinente a la hora de emitir una información como la que figura en este blog, es decir, en ningún momento usted nos dijo que dichas máximas se podían comunicar por escrito, sino, de manera verbal, por lo tanto, creo que usted violó no solo la estructura de la constitución de las mismas, sino que, aunque dice que esto suena a cantaleta, debió ser más objetivo con nosotros en el aula de clases, al igual que los demás profesores han debido serlo.
Ahora sí, para entrar en materia, quiero recurrir a una frase célebre de la Biblia que dice, ”hay que ser prontos para escuchar y moderados para hablar”, atendiendo al contenido e intención de esta frase es necesario precisar que la mayoría de nosotros los seres humanos tendemos al segundo concepto (hablar) y no al primero (escuchar), pero no lo hacemos inconscientemente, por el contrario, lo hacemos reflexivamente, siempre con el propósito de llamar la atención o marcar protagonismo y no caemos en la cuenta que hacemos lo inverso, pues ¿cómo va a fluir un lenguaje entre dos personas cuando ambas quieren ser protagonistas? Y digo esto porque todo el mundo está a la expectativa de que le corresponda en un dialogo (si puede llamarse así) la palabra ¿sí o no? Por otra parte, es conveniente que nosotros como futuros comunicadores y periodistas aprendamos a escuchar, porque esa será nuestra herramienta principal para persuadir al hablante.
También aprovecho el espacio, para refutar la primera regla del arte de escuchar, la cual expone que, “escucha ideas, no datos” ¿acaso los datos no son parte de las ideas? Sin lugar a dudas. Los datos son elementos que constituyen la naturaleza misma de las ideas.
En consecuencia, las Diez reglas del arte de escuchar, ha sido uno de los tópicos más interesantes y amenos de todos los temas que hemos tratado en este espacio virtual.

Mauricio Andrés Herazo
U. de A. Seccional Bajo Cauca
Comunicación Social – Periodismo.

Luza dijo...

Escuchar, más que difícil es una cuestión de aprendizaje. Para aprender a hablar hay que aprender a escuchar. Todos aquellos que saben escuchar probablemente de seguro también tendrán la capacidad de expresarse de manera correcta.
A manera individual considero que mi hábito de escucha no se ha desarrollado en su totalidad, pero trato en lo posible de escuchar de manera atenta cuando alguien esta hablando. Talvez uno de los errores más comunes es la interrupción a las personas cuando están hablando, tango la mala costumbre de no esperar que termine de hablar para refutar o apoyar lo que dicen.
A nivel grupal (hablo del bajo cauca) sin duda el no escuchar se ha convertido en problema de disgusto común de los profesores. Al parecer nos cuesta prestar atención por varios minutos sin interrumpir a quien está hablando, y cualquier cosa se convierte en tema de discusión, muchas veces hasta el punto de desviarnos el tema importante. Nosotros como futuros comunicadores sociales –periodistas estamos en la obligación de saber escuchar a quien nos habla; para de esta manera ser veraces al momento de dar una información. Creo que el mayor problema es la falta de concentración; con facilidad nos distraemos y empezamos a hablar por un lado y por el otro, lo que convierte la clase en algo fastidioso y hasta aburridor, por lo general más para los profesores. Lo importante es estar siempre prestos y dispuestos a escuchar a cualquier persona.
La disposición para recibir una clase se refleje en lo mucho o poco que escuchemos y prestemos atención a la clase. Debemos prepararnos física y mentalmente para hacer las cosas bien, teniendo como prioridad escuchar a quienes nos facilitan el aprendizaje.gg
Por mi parte quiero ofrecer disculpas al los profesores si en algún momento no he sabido escucharlos y han sentido que he sido perturbadora para la clase. Trataré en lo posible, como se que lo harán mis compañeros, de escuchar y ser mas atenta en clases.

Luz Aydeth García.
Seccional Bajo Cauca.

almarg14@hotmail.com

fuangi dijo...

Escuchar es un acto de suma relevancia en la comunicación y la interacción de una sociedad. Entre escuchar y hablar debe existir un equilibrio que de como resultado una buena comunicación. A veces se hace uso de la audición como un acto mecánico, sin alguna finalidad.
En nuestra aula de clases se presenta un grave problema de prestar atención a los profesores, el alto ruido provocado por nosotros hace que las clases a veces no sean muy amenas; considero que es pertinente de mi parte ofrecer una disculpa a los profesores por no prestar la atención adecuada en algunas ocasiones.
Escuchar es un acto de respeto con aquel que te está comunicando algo, por tal razón, es importarte aprender a escuchar como un proceso integral y académico; termino este con una frase que me causo interés… “el silencio oportuno, es la más conveniente de las expresiones”.

Franklin torres
Seccional Bajo Cauca

ESTEFANY dijo...

En la comunicación quizás uno de los puntos mas importantes es el saber escuchar, pero muy pocas veces lo hacemos de forma correcta, aunque escuchamos por lo general no comprendemos el sentido en que se nos esta diciendo algo; si se aplicaran estas diez reglas que ha planteado se podía ganar un poco mas la concentración o el poder de la escucha, pero según algunos estudios científicos se ha llegado a la conclusión de las personas solo escuchamos o prestamos atención durante los primeros quince minutos y después perdemos la concentración y nos entretenemos fácilmente.
Los seres humanos acogemos mejor el concepto de hablar y dejamos un poco de lado el concepto de escuchar que sin duda alguna debería ser el primero pues para poder hablar debemos escuchar para tener apoyos al decir algo. Es muy esencial que para un comunicador social se han necesario estos dos de manera especial, pues ambas acompañadas de ciertas normas constituyen el perfil del comunicador.

Mauricio si no te gusta caer en el círculo vicioso de decir cosas absurdas que según tú nosotros utilizamos, lo mejor seria que buscaras en otro lado lo que según nosotros no tenemos comparados contigo; y aprovecho para repetirte lo que te dijo Carlos deja de utilizar un vocabulario tan rebuscado pues eso nos da a pensar que lo utilizas solo para esconder tu ignorancia.

























En la comunicación quizás uno de los puntos mas importantes es el saber escuchar, pero muy pocas veces lo hacemos de forma correcta, aunque escuchamos por lo general no comprendemos el sentido en que se nos esta diciendo algo; si se aplicaran estas diez reglas que ha planteado se podía ganar un poco mas la concentración o el poder de la escucha, pero según algunos estudios científicos se ha llegado a la conclusión de las personas solo escuchamos o prestamos atención durante los primeros quince minutos y después perdemos la concentración y nos entretenemos fácilmente.
Los seres humanos acogemos mejor el concepto de hablar y dejamos un poco de lado el concepto de escuchar que sin duda alguna debería ser el primero pues para poder hablar debemos escuchar para tener apoyos al decir algo. Es muy esencial que para un comunicador social se han necesario estos dos de manera especial, pues ambas acompañadas de ciertas normas constituyen el perfil del comunicador.

Mauricio si no te gusta caer en el círculo vicioso de decir cosas absurdas que según tú nosotros utilizamos, lo mejor seria que buscaras en otro lado lo que según nosotros no tenemos comparados contigo; y aprovecho para repetirte lo que te dijo Carlos deja de utilizar un vocabulario tan rebuscado pues eso nos da a pensar que lo utilizas solo para esconder tu ignorancia.

Cultivos alternativos sostenibles dijo...

Me parece muy importante que hallamos tocado este tema , “escuchar”, es tan difícil aprenderlo, eso solo se aprende con los años, porque cuando uno se da cuenta de todas las cosas que se pierde por no saber escuchar, es donde se aprieta las tuercas y aprende el verdadero valor de esta palabra. En nuestro grupo se presentan muchos roces con los profesores por este motivo, yo no me creo perfecta, pero si soy de las alumnas que mas presto atención en clase, es que en verdad es una falta de respeto muy grande con los profesores o con cualquier persona que se dirija a nosotros, y que siempre estén charlando , o haciendo comentarios que no van con el tema, eso es muy desagradable, le doy toda la razón al profesor, yo inclusive comente con algunos compañeros sobre la situación en la ultima clase de escritura, donde noté muy molesto e incomodo al profesor, por culpa de nuestra falta de atención, e incumplimiento con los horarios (me incluyo, no soy puntual muchachos…lo acepto), para el otro semestre debemos de mejorar en esos dos aspectos, al fin y al cabo estamos comenzando la carrera, y la mayoría de los alumnos no tienen ni 20 años, es mucho lo que les falta por madurar, pero con este llamado de atención yo espero que todos recapacitemos.

Wilfer dijo...

Si, definitivamente el saber escuchar es muy importante. Las diez pautas que anteriormente leí hacen que reflexione en las mil acciones que conllevan a una mala escucha, y sobre todo a las que personalmente permito que pasen en mí, al momento de escuchar.

Porque si pienso en los momentos en que estoy frente a el papel de receptor, y trato de recordar, creo que no tengo todas las cualidades que se necesitan para ser una persona que escuche y comprenda perfectamente. Claro está, pienso que esta virtud se alcanza por medio de actitud e interesa y al tener estos dos ingredientes se toman las armas y se emprende la tarea de escuchar e interpretar. Pienso que es la forma en cómo se puede llegar a tener este don, que cualquier persona puede tener, solo si así lo decide.

Para aprender a escuchar no es necesario estar en determinado tiempo y determinado lugar, esta tarea que seguramente en el tramo de la vida se va perfeccionando tiene que tener inicio desde ya, se tenga quince o veinte años. Y sin tener la necesidad de arrepentirnos de lo que no escuchamos y no recordamos. Yo creo que en vez de opinar si soy un estudiante que escucha se debe primero pensar si soy una persona que escucha, y cuando me refiero a esto quiero decir que la pregunta no solo abarca unas horas en el aula, si no todos aquellos momentos en que tengo a alguien comunicándome algo.



Wilfer Sánchez.

(Seccional Oriente)

JANNA dijo...

Parece algo fácil, pero como todo, Escuchar, también tiene sus implicaciones, normas y reglas para que sea buena. Reglas que por lo general, muchos de nosotros violamos pasando por alto el buen sentido de escuchar cuando alguien nos habla.
En el aula de clase somos varios, porque yo también me incluyo, los que nos distraemos con facilidad ante cualquier situación, centrando nuestra escucha en cualquier cosa, menos en el profesor o la persona que está en frente comunicándonos algo, y es este el motivo por el que alguna de las veces andamos despistados sin saber qué hacer en los trabajos. Este artículo llega como una reflexión para todos, par que analicemos los métodos que estamos utilizando para nuestro aprendizaje, y para que coloquemos en práctica estas diez reglas que pueden ayudarnos en nuestro desempeño académico.

ADRIANA ARCIA REYES
SECCIONAL BAJO CAUCA

Cristin Ramirez C. dijo...

En lo que a mí concierne, y sabiendo teniendo en cuenta cuál es el objetivo mismo del blogger, solo tengo por decir:

Si en algún momento le decimos a una persona que es de vital importancia el saber “escuchar”, quizás a ésta le parezca ¡que es una idea muy estrafalaria!
Sabemos sin embargo,que por muy sencillo que parezca éste término, hay que tener claro, que para muchos es bastante difícil aplicarlo en la vida cotidiana y más aún en el campo académico. Si no fuera así ¿por qué creen ustedes que el profesor Jaime Arbey publicó las reglas mencionadas anteriormente?
Con relación a estas reglas, cabe destacar que cada de ellas son completamente veraces e interesantes, tanto por el contenido (que es lo prioritario), como por la forma en que son explicadas.
.
Teniendo presente todo esto, lo único que hay por hacer es aplicar de forma individual lo dicho en el blogger, para que casos como los de la clase anterior no se vuelvan a presentar.

Cristin Ramírez C. U. de A. (Seccional Bajo Cauca).
¡Feliz semana para todos!

Unknown dijo...

Las reglas que acabe de leer me hicieron reflexionar sobre la importancia de la otra persona y el respeto a su punto de vista. Todas las personas con las que nos comunicamos a diario deben sentirse escuchadas para que, en esta medida, puedan tener la confianza necesaria y ser sinceros con nosotros y se sientan valorados; la escucha favorece una relación positiva con nuestro interlocutor porque permite llegar al fondo de los problemas, provocamos respeto hacia nosotros por quien nos habla y es una recompensa para el emisor. Como dice Kenneth A. Wells:
“Un buen oyente trata de entender profundamente lo que la otra persona
está diciendo. Al final puede llegar a estar en desacuerdo, Pero antes de demostrar su contrariedad, quiere saber exactamente de qué se trata”.
Por lo que he leído en los comentarios de los compañeros la falta de escucha no es sólo un problema en Oriente sino también en Bajo Cauca y con lecturas como ésta podemos sensibilizarnos y reflexionar para asumir una actitud diferente que nos permita mejorar en este aspecto en el que tanto nos han insistido y en el que tanto fallamos, y así no caer en el error que menciona la frase de Goethe: “hay quien cree contradecirnos cuando no hace más que repetir su opinión sin atender la nuestra”. Recordemos que la virtud principal de un comunicador no es hablar bien sino saber escuchar.
Por último como dice el proverbio italiano: “del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento”.


LAURA PELÁEZ UPEGUI

SECCIONAL ORIENTE

Fabián Esteban Gaviria Valencia dijo...

Escuchar es una virtud que muy pocos tenemos, y es algo muy importante para afianzar nuestros conocimientos. En mi caso en particular soy una persona que me distraigo con facilidad, por cualquier ruido que se anteponga a la escucha o que llame la atención, cosa que desconecta a uno de la concentración. A eso sumemos el buen sentido del humor o de pronto la recocha que formamos al lado de algunos distractores que hablan por hablar pero con la intención de sabotear. Pienso que para combatir y superar esta falencia de la escucha debemos principalmente buscar un punto de ubicación delantero para no vernos influenciados por ese tipo de problemas, que afectan mucho la calidad académica del individuo, y que también es molesto para quien habla y no es escuchado, la cual tomo indudablemente, como una falta de respeto y que es muy practicada en el salón de clase y también creo ser artífice de esta falencia.

C y L dijo...

La escucha, si bien es necesaria, no es fácil de practicar.
De por si, siempre oímos frases como:
tardamos uno o dos años en aprender a hablar y toda una vida para aprender a callar, y, tenemos dos oídos y una boca, precisamente para escuchar el doble de lo que hablamos; ambas frases nos indican, la importancia de la escucha, y de callar, cuando más bien es necesario escuchar lo que alguien más nos quiere decir. Alguna vez, alguien decía: Nunca respondas de manera descortés a una pregunta aparentemente sencilla, siempre que haya una duda merece ser resuelta, por tonta que parezca, solemos escuchar sólo lo que parece relevante de una conversación, cuando lo irrelevante es lo que revela lo realmente importanta.
En la labor de un periodista es primordial escuchar, y poner alerta cada uno de sus sentidos a un entrevistado, pues el ambiente, los gestos, las expresiones, y el contenido implícito de las palabras, contiene el verdadero significado de la conversación, aún aspecto que como el maquillaje y la vestimenta hablan de las personas. Imponer una posición, trae consigo, una difícil comprensión de las ideas ajenas.Por eso al escuchar, es aconsejable, derribar los prejuicios, y dedicarse a estar en los "zapatos" del otro, hay que comprender su posición.

C y L dijo...

El comentario anterior pertenece a:
CAROLINA FIGUEROA ECHEVERRY
U DE A Seccional Oriente

Alejandro Hoyos dijo...

¡El blog más pertinente de todos! Lastima que a pesar de que lleva ocho días publicado algunos compañeros –que ya comentaron- no lo han puesto en práctica.
En lo personal creo que mi error mas común es el de adelantarme a hacer conclusiones, incluso, cuando estoy prestando atención y el orador se queda corto de alguna palabra, siempre me apresuro a sugerir la palabra que yo considero la mas adecuada y certera. En mi grupo el problema lo considero grave, ¡alerta roja! Para no herir susceptibilidades solo hablare de una de las tantas falencias del grupo –son diez en total-, por que la considero la mas nociva y obstaculizadora del proceso de aprendizaje. En mi grupo no se tiene “la mente abierta” y mucho menos se “contienen los sentimientos”, por lo contrario, a menudo se cae en molestas discusiones motivadas por prejuicios morales, religiosos, personales, familiares, sexuales, regionales, etc. –la corriente de este comportamiento la lideran Duvan y Montes- que frenan la dinámica de las clases y confunden a aquellos que no están concentrados.
El mensaje es claro, y no es ofensivo, ¡escuchen bien antes de hablar! Por favor. Y para los profesores también hay “garrote”, por que de ustedes depende –en gran parte- que salgamos de esa brecha de intolerancia en que solemos caer al no escuchar, no dejen pasar esos arrebatos de “es que yo pienso así y de malas” sin su respectiva reflexión, recuerden profes y compañeros que estamos en la U de A y que eso nos da una responsabilidad moral para ser y formar profesionales tolerantes, de mente abierta y sabios a la hora de actuar y hablar. Aprovechando el homenaje a Héctor Abad Gómez, Luís Fernando Vélez Vélez, Leonardo Betancur Taborda y Pedro Luís Valencia Giraldo, ejemplos de tolerancia y sabiduría. A lo mejor por que ¡sabían escuchar bien!

Jorge Alejandro Hoyos Moreno
Seccional Bajo Cauca
Comunicación Social

Marisol Gómez C. dijo...

Los procesos de enseñanza y aprendizaje, indudablemente, se generan a partir de una verdadera escucha, que incluye además de dar oídos al que habla, analizar eso que dice con total concentración, sus movimientos y ese lenguaje no verbal, que resulta convertirse en parte evidente y aportante en la conversación, porque es quien revela esos sentimientos y emociones del que habla, pero no hay que olvidar, por esto, el contenido, lo realmente importante, lo otro es cuestión de forma…
En la actualidad se puede observar, en las conversaciones cotidianas, esa manera como se escucha al otro que resulta ser todo un caos, porque escuchamos por un momento, lo que quiere decir que no somos capaces de concentrarnos lo suficiente, suprimir información redundante y tomar nota como debería hacerse, porque nos centramos en cosas irrelevantes y olvidamos o nos perdemos de lo realmente importante: el contenido.
También resulta ser un error frecuente en los salones de clase y en las conversaciones coloquiales, el hecho de saltar a conclusiones apresuradas, y es que creemos saber lo que se va a decir y pareciera molestarnos el seguir prestando atención… es que a veces olvidamos que lo mas importante y de lo que más se aprende, es del camino que lleva a sacar conclusiones, mas no ellas por sí solas.
Y es que el camino para lograr mejorar ese arte de escuchar, resulta ser muy fructífero, y comenzará a dar resultados, aunque suele ser un proceso lento, pero que puede lograrse… el hecho parte de concentrarnos y ahí empezar a analizar, a resaltar… para dominar ese arte, ese puente que nos conduce al conocimiento, por medio de la escucha.
“Escucha igual que quisieras que los demás te escucharan a ti; de ese modo, el que habla y tú lograréis la máxima comunicación”

Marisol Gómez Castaño.
Seccional Oriente.

Alex B dijo...

Es cierto que las lenguas cambian, y es lícito y loable que lo hagan cuando aportan novedades o creaciones poéticas o expresivas. Lo que nunca debe aceptarse sin más es la pérdida de significado sin obtener nada a cambio: ni precisión, ni variedad, ni belleza.
Ese es el caso del uso abusivo de escuchar en lugar de oír. Un caso de imprecisión que, como muchos otros, quizá no proceda de ignorancia o dejadez, sino de necedad.
Hay una cierta tendencia a considerar más cultas las palabras largas y a dar de lado las cortas y quizá sea ese prestigio de la longitud la causa de que el breve oír vaya quedando relegado al habla de los que consideran que la supresión de matices significativos no aporta nada.
Para oír no se requiere la voluntad, para escuchar sí. Para no oír hay que taparse las orejas, para no escuchar basta no prestar atención, pensar en otra cosa. Para oír es suficiente un oído sano y un sonido perceptible, para escuchar se necesita premeditación. Por todo esto el habito de escuchar debe irse educando, de tal manera que el que te esta hablando no sienta que voz no le prestas atención y de igual forma escuchar bien, y así estarás sujeto a una buena comunicación.
Alexander Botero Alzate
Seccional Oriente

Ramsés dijo...

Sin vacilación alguna, el blog para esta ocasión ha dado en el blanco; y está bien cambiar de vez en cuando con propuestas como estas que nos ayudan a mejorar nuestra percepción de la vida y más nosotros con la profesión que hemos decidido para la misma.
Si se trata de hacer un análisis sobre nuestras falencias en el proceso de aprendizaje, de éstas sí que tenemos, y esto radica en que no sabemos escuchar – a algunos no les interesa escuchar – el primer tópico nos enseña a escuchar ideas, el después a evaluar el fondo no la forma.
Oír, no significa escuchar; mirar fijamente no significa concentración. Y aún cuando la mente es más rápida que las palabras los juicios a priori siempre estarán a la orden del día. Debemos poner en práctica cada uno de estos consejos, lo repito, son necesarios para nuestra carrera. Un ejemplo de la Biblia es certero (como siempre) para esta ocasión: sed, pues, pronto para oír, tardos para hablar. Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. (Santiago 1.19-22)
Nuestra mente debe estar abierta a todas las ideas para explorar. No creas todo lo que te digan. Y una mente abierta debe estar ejercitada. Sí, en un cuerpo sano, estará una mente óptima. Los juegos como el ajedrez, los sudokus, los acertijos; entre otros son geniales para éste propósito.
Sentarse en los primeros lugares mejora nuestra concertación y atención al discurso.
En suma, oír bien depende de nosotros y poner en práctica estos consejos, será de gran ayuda para nosotros y nunca estarán de más.

Alberto Leyva
Seccional Bajo Cauca

zenaida morales dijo...

Escuchar es dificil y mas aún escuchar bien porque muchas veces estamos en silencio y parece que estuvieramos escuchando a quién nos habla, pero estamos pensando en otras cosas totalmente diferentes y cuando la persona termina de hablarnos no tenemos idea de que fue lo que dijo; aunque en algunas ocasiones la persona que nos habla no logra llamar la atención, esta en nosotros escucharla y concentrarnos en lo que esta diciendo.Escuchando correctamente y siguiendo las diez recomendaciones anteriores,aprenderemos, conoceremos sentimientos y pensamientos que poseen las personas que se dirigen a nosotros, no solo en clase sino en todos los diálogos que se nos presentan diariamente, además escuchar no es solo para aprender sino que es un acto de respeto con la persona que nos habla y con uno mismo. Zenaida Morales.Seccional Oriente.

Priscila Borja Carvajal dijo...

Algunos creen que ser Comunicador social y periodista es saber hablar, tener buena fluidez verbal, entonación y pronunciación; Sin embargo, lo más importante en esta profesión es saber escuchar para interpretar con veracidad lo que el interlocutor está diciendo. Más que oir, el saber escuchar evita lanzar acusaciones que lleven a discusiones o contradicciones, situaciones que pueden perjudicar nuestra imagen como profesionales. Además, permite desarrollar una mayor capacidad de comprensión al conocer la opinión de otros y sus puntos de vista, lo que tiene que ver también con el respeto. Todos los beneficios que aporta el arte de escuchar son claves que conllevan al desempeño eficiente de nuestro ejercicio profesional, si se tiene en cuenta que a la hora de mostrar realidades se pone en juego la imagen de las personas. Por estos motivos, escuchar debe ser un hábito en el periodista y comunicador, donde el buen manejo de la ética y tener una mente abierta, deberían ser virtudes que acompañen la búsqueda de la verdad.

Priscila Borja
Secc. oriente

Kate Montoya dijo...

Al leer el nuevo blog que profundiza en la indispensable facultad de escuchar bien, o a lo menos de escuchar, que debemos tener todos (y mas nosotros como próximos comunicadores y periodistas); recuerdo las miles ocasiones en las que mi hermano mayor me pide que lo escuche, que no lo haga repetir, dos y hasta tres veces, la misma cosa… y cuando ya se cansa me dice:” ¡Si me toca repetírtelo una vez más, te jodo!”, entonces ahí sí, no se por qué, pero de una viene a mi mente lo que me había dicho y lo que inicialmente no le entendí… Me da pena aceptarlo, pero es verdad, yo Katerine Montoya… tengo un gran problema de escucha, violo casi todas las reglas de este arte, pero en especial la de concentración (la cuarta). Así como soy en mi casa, también soy en la calle y en la universidad, aunque en estos casos escucho poco porque hablo mucho… ¡Pero esperen! ¡No vayan a pensar tan mal de mí!... yo estoy tratando de cambiar, y créanme que he mejorado así sea “un poquito”, porque sé que ya me monte en el bus que pide de pasaporte este arte y si quiero terminar el viaje con éxitos debo conseguirlo…
Por otra parte, si vemos como se maneja esta bella facultad a nivel grupal podemos caer en la cuenta de que en todo momento se viola. Todos queremos ser escuchados y poquitos intentan escuchar. He percibido que esto se debe a que la gran mayoría, por no decir todos, pecamos con la regla de la concentración y del escuchar con optimismo, porque si vemos algo “aburrido”, lo ignoramos, y si algo nos interesa, pero escuchamos algún ruidito nos distraemos y desviamos nuestra atención.
La propuesta que siempre nos han ofrecido nuestros maestros es algo difícil de poner en práctica, pero que todos, si queremos sacar adelante nuestra carrera y triunfar como profesionales, debemos lograr hacer… Les deseo mucha suerte con esta ardua pero indispensable y fructífera tarea… chaooo…

Katerine Montoya C.
Seccional Bajo Cauca.

alexander zuluaga dijo...

Es por todos es bien sabido que la escucha es la base de un buen entendimiento, de acuerdo con lo dicho en texto. pero el problema es que casi nadie escucha, solo se dedican a oír lo que les interesa o lo que menos es importante. En toda conversación es importante la escucha, tanto de una persona como de la otra (si es entre dos) para que la intención del dialogo no se pierda, en cuestión todo buen escuchador tienen la posibilidad de ser un buen entendedor y analizador, ventaja que le puede servir a la hora de hacer un entrevista por que la información que se suministre será veraz; o de acoger una un parte importante de una hecha a alguna persona ya que tiene la opción de preguntar sobre lo que no quedo entendido y aclarar la incógnita.

Para todo periodista es muy importante si no es que es obligatorio el escuchar y no oír, para que la información que le de al publico no sea tergiversada; y por eso en cuestión es un factor determinante a la hora de hacer una conversación o hablar con alguien, seguir la pautas dichas en el articulo y no hacer como se dice lo que mejor le plazca.

alexander zuluaga(seccional oriente)

Luis Fernando Suárez Mejia dijo...

La escucha es fundamental para la vida de cualquier persona, debido a que ésta es un medio de comunicación que se puede considerar como el más importante. Pero la escucha tiene sus reglas, debe ser muy atenta para poder acceder a la información que nos están mostrando.
Para poder escuchar debemos estar atentos a todas las cosas que se nos dicen, pero sabiendo diferenciar los datos que se nos exponen y las ideas que nos quieren dar a entender. Tenemos que prestar atención a lo que nos hablan y en casos que sean necesarios tomar notas, para poder acceder a la información que nos quieren dar.
Me parece importante la frase que nos muestra el texto: “tomando nota se aprende a escuchar”. Tomar nota es demostrar que estamos atentos a las cosas que nos dicen, la toma de notas es importante para todo comunicador, ya que este va estar siempre obligado a la recolección de ideas, y no hay mejor forma de hacerlo que tomando notas. Pero para poder hacer anotaciones tenemos la obligación de estar concentrados en las cosas que nos dicen, ya sea una conferencia, una conversación o una entrevista. Hablando de entrevistas, es fundamental tomar notas cuando no tenemos una grabadora.
Para tener una buena escucha no debemos imaginarnos lo que nos quieren decir las personas, por el contrario, nos debemos concentrar y no hacer conclusiones anticipadas sobre el tema.
Estoy de acuerdo con el texto, la mente muchas veces nos juega una mala pasada, y por estar pensando en cosas diferentes, nos perdemos el hilo de las conversaciones o de las exposiciones.
En conclusión, todo lo que nos dice el texto en los diez puntos que debemos tener en cuente para escuchar, son importantes para toda persona y en especial para un Comunicador Social- Periodista.
Luis Fernando Suarez Seccional Bajo Cauca

melisa llano dijo...

Escuchar es una de las actividades más complicadas que existe, ya que nuestra mente maneja un gran flujo informativo y se distrae de un emisor con gran facilidad. Aparentemente, cuando nos dirigimos a un auditorio, o en clase a nuestros compañeros, diríamos que nos están escuchando; pero en realidad algunos por no decir la mayoría están sólo oyendo. Esto es que perciben que hay alguien hablando, pero no prestan atención a lo que dicha persona comunica, esto se da muy posiblemente por lo que dije hace un momento, tenemos tantas cosas en la cabeza que no alcanzamos a concentrarnos por mucho tiempo, a menos que el tema sea de nuestro entero interés y tengamos completa disposición. Estas reglas que nos menciona el texto serían muy útiles si hiciéramos el esfuerzo de aplicarlas, pues todo se tornaría más respetuoso y la comunicación se facilitaría, debemos hacer el esfuerzo para que las clases se vuelvan más amenas tanto para nosotros como para los profesores.
Cheli Melisa Llano
Seccional Oriente

Yohana Franco dijo...

Si bien es cierto que para mantener una buena comunicación y una buena interacción; entre nosotros mismos, una y otra vez no los recuerdan…,¡ que debemos aprender a escuchar!, como bien no los dice en esta oportunidad el profesor que es un arte en la comunicación, pero como “_vivimos casi a diario por las nubes_ o como lo podré llamar que por un oído se nos entra, y por el otro se nos sale”, al igual que actuamos primero sin pensar, esos son unos de los graves errores que tenemos nosotros los seres humanos. Pero bueno, concentrémonos en este tema que es de suma importancia; ya que si todos nosotros (estudiantes) que nos estamos formando para ser mas adelante comunicadores sociales y periodistas, estoy segura que una de las principales reglas dentro de este “juego” es aprender a escuchar y si no lo hacemos, entonces para ¿donde vamos? Como dice una amiga por ahí: apague y vamonos, pues así no hacemos nada.
Aprendamos a escuchar para que nos escuchen. Y con respecto al desorden de escucha que hay dentro del salón, see que en nuestra seccional Bajo Cauca, no somos los únicos que estamos pecando en este aspecto, o si no que lo digan los demás compañeros de las otras secciónales y me corrigen si estoy equivocada. En verdad compañeros, amigos y colegas, respetemos esta gran labor que los profes hacen a la hora de enseñarnos y aprendamos más a escuchar lo que se dice, no a inventar cosas que ni si quiera se han mencionado. Y así sacar conclusiones positivas con respecto al tema, si esto lo requiere.


LILI YOHANA FRANCO MARTINEZ
SECCIONAL BAJO CAUCA
2008-1

cindy paternina dijo...

Escuchar es un don que desafortunadamente muy pocas personas poseen.Me parece muy pertinente la publicación del texto ¡ESCUCHAR, SEÑORES Y SEÑORITAS!,porque definitivamente es un jalón de orejas para todos los que relegamos esta habilidad lingüística a un segundo plano, especialmente para nosotros como futuros comunicadores sociales-periodistas, y mas aun para aquellos compañeros que después de leer el blogger mantienen la misma actitud,frente al acto de la escucha.La situación que se presenta con nuestro grupo de la seccional Bajo Cauca es bastante grave, aquí si que es difícil escuchar y mantener la concentración cuando alguien nos trata de transmitir un mensaje (bien sea profesor, compañero de clases o alguna otra persona), por razones como querer hablar todos a la vez, irrespetar el turno de nuestros compañeros cuando se discute en torno a algo, porque no hemos entendido que el aula de clases es para compartir conocimientos y no para contarnos lo que hicimos el día anterior, y peor aun porque tenemos la fea costumbre de estar entrando y saliendo cada que se nos antoja,¡qué concentración puede uno alcanzar así!Definitivamente muchachos el cambio comienza por nosotros mismos, cuando sintamos que hay algo o alguien que nos distrae y nos impide escuchar, lo mejor es que nos alejemos. Seguramente así estaríamos más metidos en el cuento de la comunicación y le ahorraríamos muchos disgustos a los profesores.
Cindy Paternina
Seccional Bajo Cauca.

Érika Meléndrez dijo...

Este blog esta tocando uno de los temas que más se esta notando en el grupo. La falta de escucha y el desorden son uno de los tantos factores que nos esta afectando. No culpo específicamente a nadie, porque pienso que todos tenemos la culpa: una parte por fomentarla y la otra por dejarse llevar por estos.
Escuchar se hace muy complejo, es algo que se tiene que poner en práctica y no dejarse solo en palabras, se hace un poco difícil centrar totalmente la atención ante una persona con un tema determinado durante toda una jornada, pero tenemos que ser concientes de que los más perjudicados ante esta falta de disciplina seremos nosotros.
Creo que tenemos que tomar en cuenta las reglas o sugerencias que se hacen explicitas en el documento, pero sería aun más importantes hacernos un auto- evaluación sobre nuestro comportamiento, y tomar medidas sobre el asunto, para hacer de las clases algo agradable y dinámico tanto para el profesor como para nosotros.
Es muy importante caer en la cuenta que nosotros estamos aspirando a ser comunicadores sociales-periodistas, por lo tanto tenemos que desarrollar muy sagradamente el sentido de la escucha. Lo mejor es empezar desde ahora a saber escuchar para así poder aprender.

Erika de Dios Meléndrez Hoyos
Seccional Bajo Cauca.

Unknown dijo...

Me parece muy acertado el tema del blog, por que para la comunicación es de suma importancia una buena escucha; Además, creo que puede ser un buen tema para trabajar en nuestro grupo, pues la mayoría tenemos el mal hábito de conversar sobre otras cosas con nuestros compañeros cuando los profesores se encuentran dándonos explicaciones de temas realmente importantes para nuestra formación como Comunicadores.
Personalmente, creo que estoy fallando un poco en algunas cosas, cometo el error de saltar a las conclusiones y no espero a que la otra persona termine de expresarse, también dejo de prestar atención con facilidad, equivocándome, a veces, con lo que me quieren dar a entender y haciendo la conversación un poco aburrida.
Otro error que cometo con frecuencia es el de no escuchar algún tema cuando este me parece aburrido, esto también afecta un poco la comprensión por que al parecerme aburrido un tema me pongo a hacer otras cosas y no presto atención.
Ojala todos pongamos en practica los consejos que en este importante blog nos manda el profesor, para que así condigamos tener un mejor desempeño académico tanto individual como grupal.
Adriana Álvarez Ortega.
Seccional Bajo Cauca.

Ayda Luz Henao dijo...

Como diría mi abuelita: “Al buen entendedor, pocas palabras”. El blog en esta ocasión ha sido muy oportuno, ya que en nuestra clase existen diversos elementos que afectan nuestra comunicación.
Yo quisiera puntualizar las irregularidades que no nos permiten hablarnos y escucharnos satisfactoriamente:
Como primero, se podría decir que el aula de clases tiene un espacio muy grande y los alumnos solemos dispersarnos en vez de agruparnos, lo que conlleva a que nos distraigamos fácilmente, haciendo que el profesor se reviente la garganta para captar nuestra atención.
Por otro lado podríamos decir que a la hora de escuchar al otro tenemos muchos prejuicios, y asumimos una posición de intransigencia, que nos hace estar siempre a la defensiva de nuestro punto de vista o creencia y, a refutar la opinión del otro sin darle, por lo menos, el chance de argumentarla. Hace algunos días sucedió en el salón un hecho lamentable: Estábamos hablando sobre libertad, y un compañero expresó que, para él, ella no existía, que era sólo una utopía.
De inmediato un grupo de personas, incluyendo al docente que con nosotros estaba ese día, arremetieron contra él con críticas, contraposiciones llenas de furor y menosprecio. Mejor dicho; Irrespetaron su derecho a expresar sus opiniones con libertad y de paso hicieron algo que es una constante en nuestro grupo: intentaron monopolizar el pensamiento. Gracias a Dios que todavía habemos algunos pocos que no nos dejamos llenar la cabeza de cucarachas.

Ayda Luz Henao

Bajo Cauca

CARLOS ANDRES MONTES dijo...

Las falencias que presentamos son demasiadas, pero realmente creo prudente ver ciertas fuentes del problema a tratar:
1. muchos de los que estudian de esta carrera están verdaderamente en el lugar equivocado (yo estuve en este punto, pero ya lo supere).
2. algunos simplemente consideran de poca importancia lo que dicen los profesores, no importa el tema; ya que a duras pena escuchan las tareas a presentar y no se dan cuenta de que en esta carrera lo que vale no son las notas; la universidad nos da solamente la noción de los estudios, nosotros mismo nos formamos.
3. muchos están por la mera apariencia de estudiar cualquier carrera, desviando la atención de los que seguramente si desean estudiar.
4. o los que hablan, no importa quien sea: el profesor, o el que este exponiendo, no dice nada importante; porque sinceramente muchos en esta seccional hablan idioteces.
Para pensar miren a muchos que exigen silencio pero que no se callan ni ellos mismos, aunque seria bueno decir nombres pero iniciaría una trifulca en el primer semestre.
Para Mauricio, te respeto tus ideales antihumanistas, pero piensa que estas ideologías solo llevan a la ignorancia; y al igual que tu para todos aquellos que creen que este salón es muy unido, no se lo crean, esta totalmente lleno de hipocresías; siendo un tema a tratar en un blog de este tipo. Si alguien llegar a tener algún problema con lo dicho hágamelo saber, para ver si verdaderamente se cree libre del prejuicio.

CARLOS ANDRES MONTES R.
U. de A. SECCIONAL BAJO CAUCA.
COMUNICACIÓN SOCIAL –PERIODISMO

Unknown dijo...

Al considerar este aporte tan importante que nos hace el profesor, me he dado cuenta que en la mayoría de las ocasiones en las que estamos en clase no atendemos a lo que nos dicen, si no que más bien nos distraemos en otras cosas que en realidad no tienen ni la mas mínima importancia con relación a los aportes tan importantes que comparten con todos nosotros, (todos los educadores en general).
Escuchar es algo tan difícil pero a la vez tan sencillo, solo que muchas veces por cualquier circunstancia nos distraemos de una manera muy rápida, olvidando que, la persona que esta en frente nuestro, así como nosotros también merece toda nuestra atención y respeto.
Este comentario nos da una reflexión muy importante que todos sin excepción ninguna debe ponerlo en práctica para ir poco a poco avanzando y así poder llegar a una mejor escucha.
Diego Correa M.
Seccional bajo cauca.

Unknown dijo...

SABER ESCUCHAR
Uno de los mejores regalos que podemos dar a otro ser humano es nuestra presencia incondicional. Para hacerlo bien, debemos poder ser receptivos, sin prejuicios o expectativas, poniendo a un lado nuestras propias necesidades o preocupaciones y quedando verdaderamente disponibles en forma amorosa y cálida. Vivimos hoy en una cultura que nos enseña y premia exactamente lo contrario: ser reactivos, defensivos, egoístas y autoreferentes. Como resultado, mucha gente escucha con pasividad y poco interés. También nos ha enseñado esta cultura a vivir distraídos, distantes de la conexión íntima con los demás.

Si bien hoy como nunca podemos comunicarnos rápida y eficazmente con personas de todo el mundo, esto no sustituye la presencia humana incondicional que mencionábamos. Entonces ¿podremos aprender a estar totalmente presentes con y para los demás?

DIEGO A. VALENCIA
ESTUDIANTE DE COMUNICACIÓN SOCIAL-PERIODISMO
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA-SECCIONAL ORIENTE

athagualpa dijo...

En nuestra carrera es muy importante saber escuchar, porque de eso depende también en gran parte que seamos buenos comunicadores, porque nuestro trabajo no solo hablar y hablar. En mi caso caen estas recomendaciones o más bien críticas llegan de una manera oportuna, pues tengo o tenemos un gran déficit en escucha; pero una cosa aceptar que tenemos problemas para escuchar y otra es aplicar todas estas pautas del artículo anterior; pues para todos nos senos hace fácil corregirnos pero si queremos ser buenos tenemos que adaptarnos a cualquier cambio.
Jhonar Brun Guevara
seccional Bajo Cauca

marcela dijo...

Siempre he creido que escuchar más que un acto de respeto es un acto de humildad que se practica frente a un interlocutor.
Nosotros como futuros comunicadores y periodistas debemos avanzar en el ejercicio que nos propone este blog de las "Diez reglas del arte de escuchar", para aprender a mantener la concentración, interpretar y decodificar de manera adecuada y lógica los mensajes que nuestro locutor nos propone; Aveces por estar hablando nos perdemos de datos importantes del tema que los profesores nos están enseñando y perdemos la esencia misma del objetivo al concluír los trabajos que debemos presentar.
Además estas reglas nos serán muy útiles en el momento de elaborar nuestros artículos para los medios con el manejo de fuentes que necesitaremos citar en nuestros escritos.

"escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos."
Lucio Anneo Séneca


En conclusión, saber escuchar es un arte que se puede ir ejercitando a medida que se ponga en práctica, y en el momento en que lo perfeccionesmos se convertirá en el mejor aliado de nuestra profesioón.

Buen día.

Marcela Barreto.
Seccional Oriente.

José alejandro Delgado M dijo...

La escucha es una de las cualidades del ser humano, pero lastimosamente,muy pocos la ponen en practica. Las distracciones y las ansias son factores que entorpesen el acto de escuchar ,y con ello, un buen aprendizaje o entendimiento del tema tratado. En nuestra sociedad se puede observar dicho fenomeno de la comunicación, puesto que, aunque las personas esten hablando, muy poco es lo que entienden.
Recuerdo que un día una persona me preguntaba ¿Cómo puedo encontrar un buen amigo?Y le respondí : aprendiendo a escuchar.
El escuchar tambien nos ayuda a mejorar nuestra relación con otras personas, por que no solo es hablar,hablar,hablar…sino tambien, atender a las palabras de la orta persona, y mas aun, entender lo que nos quiere expresar .
Este blog ha sido,o, como dicen “ha caido como pedrada en ojo”, pues, la falta de escucha en los salones de clase es el causante del bajo rendimiento de algunos estudiantes ,que por estar con la “recocha”, le faltan al respeto a sus compañeros y a los profesores que en verdad si quieren estar en ese lugar.
Creo que un buen comunicador-periodista , debe atender y comprender los temas que se traten, mediante la escucha, o, por lo contrario nunca aprenderá a conocer su propia profesion ,O, ESTA EN EL LUGAR EQUIVOCADO.
POR : JOSÉ ALEJANDRO DELGADO M.
SECCIONAL BAJO CAUCA.

Natalia dijo...

De las cuatro habilidades comunicativas: la lectura, la escritura, el habla y la escucha, pienso que esta última es la que debe predominar en un comunicador social o periodista, ya que permite percibir con mayor claridad las ideas, evaluar los contenidos por encima de la forma, y tomar de manera concreta y precisa las notas, aspectos que son primordiales para tener una visión e interpretación acertada de la información y una posterior veracidad en lo que se quiere transmitir. Sin embargo es muy usual que en nuestra sociedad, ya sea en un salón de clase, en una conferencia, o en una entrevista, se quebranten las reglas del arte de escuchar por no tenerse la suficiente conciencia y disponibilidad necesarias para que haya una verdadera comunicación, siendo la distracción, la falta de interés por el tema y la precipitación a las conclusiones sus principales factores.
Es indisensable que desde ya, la escucha se adopte y se asuma como algo serio, para que no sólo se genere un ambiente de respeto y afabilidad entre las personas, sino también de interacción y de aprendizaje, que aparten definitivamente las situaciones que atrasan y obstruyen la enseñanza.

Natalia Soto Seccional Oriente.

Carolina Ortega dijo...

Escuchar, algo a simple vista tan fácil, pero tan difícil de practicar, al menos en mi caso.

Creo que muchas veces solo escuchamos lo que mas nos conviene, pero ya es hora de tener en cuenta estas diez reglas de “el arte de escuchar” por que esto si es un verdadero arte, ya que muy pocas personas tienen esa capacidad.

Algo muy cierto es que nosotros como futuros comunicadores debemos aprender de este,seremos quienes tendremos la palabra para informar a los demás, y si no somos nosotros quienes vamos a dar una buena información, entonces ¿quien lo hará?

Teniendo en cuenta los comentarios de los compañeros de la seccional bajo cauca, también considero que en nuestro grupo existen graves problemas de escucha, es el mejor momento para pedirles excusas a los profesores, especialmente a usted Jaime Arbey, y agradecerle tanta paciencia que ha tenido con nosotros, la verdad es muy difícil tener una buena comunicación con tanta bulla, pero creo que después de estas pautas expuestas en el blogger tendremos en cuenta que para que esto se de, lo mas importante es una excelente escucha.


Carolinaortega
u.de.a
seccional oriente

Unknown dijo...

Dos oídos, una boca
Desde muy temprana edad nos trata de enseñar. Es un deseo creado para satisfacer una necesidad intrínseca del ser humano: el comunicarse. Pero este aprendizaje lo desarrolla el niño desde que está en el vientre de su madre; pero lo hace por medio de la escucha.
Aprende a interactuar con el mundo exterior, sin saber, que son las palabras. Y su exterior le entiende que es aun mas sorprendente.
Desde el punto de vista fisiológico el cuerpo humano es perfecto, aunque no deja de ser débil.
A través del tiempo ha evolucionado para adaptarse al medio, sus sentidos han cambiado para mejorar su desempeño en la rutina de la vida.
Tal vez Dios nos dio dos oídos y una boca, simplemente para que escucháramos mas a nuestros semejantes y no habláramos tanto. Con nuestra boca podemos causar guerras, si supiéramos escuchar la evitaríamos.
Con nuestra boca podemos herir alguien, pero escuchando a alguien lo podríamos alegrar.
Para mí el hablar no es ninguna virtud, el escuchar sí lo es.

Gracias profe por este documento
David Montoya Soto. Seccional Oriente…

Erica Ramírez López dijo...

Ni mandado a hacer ¿No? con el genio que habías estado el jueves pasado profe, súper gracioso te nos anticipaste tienes telepatía, ni porque hubieras sabido de cómo nos íbamos a comportar.
Este texto creo que a muchos nos puso a reflexionar y hasta nos hiso, bueno, me hiso dar consideración para contigo, porque a cualquiera saca de quicio que no lo escuchen y peor aún si es a un profesor teniendo que aguantar a todos tus grupos de estudiantes.
Saber escuchar es para mí lo primordial a la hora de comunicarnos porque no solo lo que pensamos nosotros es lo correcto ni lo que sirve, tenemos que escuchar lo que los otros nos pueden aportar.
Si bien es cierto que no sabemos escuchar y esto es algo que en realidad debemos aprender, porque como dijo Jaime Arbey en su comentario que no es un buen comunicador social el que mejor habla, sino el que mejor escucha, y nosotros que nos estamos preparando para ser unos excelentes comunicadores sociales-periodistas, debemos, no, más bien tenemos que lograrlo.


Hablar puede en muchas ocasiones puede ser meter la pata si lo hacemos precipitadamente, pero cuando va a ser malo escuchar. Así podríamos aprender más, pero esto es tan difícil de poner en práctica (lo digo en mi caso) que tantas veces he podido dejar de enterarme de cosas que me podrían interesar solamente por no importarme lo que se está diciendo.
Muchas veces oímos pero no escuchamos, eso está un poco traumático



Erica Ramírez

SECCIONAL ORIENTE.

Silvana, Eisen, Melisa dijo...

Creo que todos conocemos el popular juego de ronda llamado el “teléfono roto”, cuando se realiza, el mensaje enviado nunca llega a ser el mismo al final, ese es el chiste que tiene, divertirse con las distorsiones de la frase original, pero en realidad es un reflejo de la baja calidad de la comunicación cuando no se escucha y es que desde el mismo verbo se tiene que hacer una clara diferenciación, muchas veces oímos, pero no escuchamos.
La mala interpretación de las palabras no solo genera problemas de aprendizaje, esta forma de interacción es tan relevante, que las mismas relaciones humanas se ven afectadas con su baja calidad, cuantos han escuchado la frecuente queja de “es que tu no me escuchas”
En cuanto a lo educativo es difícil separar a veces lo relevante de lo que no lo es tanto, saber en que momento pasar al papel el mensaje transmitido y en que otro asimilarlo.
Pero la mala escucha no solo es un problema de quienes estamos más sujetos día tras día a ello, quienes hacen el papel de transmisores deben buscar que su receptor esté motivado por atender y asimilar el mensaje que se desea dar, hay que generar impacto entre ambos actores de la cadena comunicativa.

Silvana Escobar
Seccional Oriente

Silvana, Eisen, Melisa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
leidy dijo...

Definitivamente, la tarea de escuchar es muy complicada y sobre todo muy importante. Debemos empezar a poner en práctica todas las reglas que nos brinda el anterior texto y muchas más para poder llegar a ser profesionales, porque si no sabemos escuchar cada vez se va a reducir la información y a llegar errónea a otras personas; y no solo en nuestra carrera, sino también en la vida cotidiana, porque muchas veces queremos ser escuchados cuando somos los peores interlocutores; como dice el texto: “Escucha igual que quisieras que los demás te escucharan a ti; de ese modo, el que habla y tú lograréis la máxima comunicación”. Además es una falta de respeto contra la persona que nos habla el estar distraídos, murmurando, mirando para otro lado; creo que todos hemos estado en estas circunstancias y no nos ha gustado ni un poco.

¡Ojalá todos pongamos en práctica estas reglas!

Leidy Quintero
Seccional Oriente

John B. dijo...

Saber escuchar al que está en frente correctamente es poder analizar e interpretar lo que dice alguien en el momento, sin adelantarnos a las palabras y llegar a interpretaciones falsas que hacen perder la conversación, es importante escuchar con criterio; hablar es una mal utilizada forma de creer imaginación y lógica, escuchar es transportarnos al mundo de cualquiera, aprendiendo de ésta, e incrementando la capacidad de imaginación y conocimiento, Saber escuchar, ¡y saber escuchar bien! Escuchar a la persona de la forma más modesta, un gesto de; me gusta, está bien; es ver la razón de lo que dice y al plano al que me quiere llevar con su mensaje. Es pensar lo que diremos y acompañarlo con movimientos corporales, expresiones de esta manera se demuestra cómo es descrito en el texto anterior, y revelando desde lo profundo nuestros sentimientos y pensamientos.

John Alexander Bedoya
Seccional Oriente.

maria jose duran dijo...

aprovecho este espacio para pedirle disculpas tanto a los profesores como a mis compañeros de clase, ya que reconozco que escucho poco y hablo mucho en clase.
Creo que el escuchar atentamente como la lectura son habitos que se aprenden, por tanto todos podemos mejorar si es nuestra firme intenciòn, nuestros comportamientos con respecto a quien se habla, y no solo oyndo lo que dice; sino tambièn respetando sus opiniones aunque sean contrarias a las nuestras.

Unknown dijo...

jaime
espere un momentico por favor
que e tenido problemas para entrar al blog
porfavor no lo bloquee todavia

Unknown dijo...

Indudablemente, una de las problemáticas más comunes en el ámbito académico es la escucha.
No solo es oír, sino procesar y entender lo que se escucha ¿Cuántas veces nos entra por un oído y sale por el otro? O pensamos que algo es aburridor, tedioso, y sin ninguna importancia, antes de oír lo que se tiene que decir sobre esto, de este modo no abra una disposición de parte del receptor.
Muchas veces no somos analíticos, con lo que se escucha, no sacamos opiniones personales, nos preocupamos por como habla la persona, mas que por el mismo mensaje que esta trata de transmitir.
tambien cabe anotar, que la dispocicion, o las capacidades de el receptor para escuchar muchasveces no es la causa de no entender lo que se dice; tambien influfen las condiciones del entorno.
por ejemplo: no puedo escuchar lo que se trata de decir si en un grupo de 20 personas 5 oyen y las otras hablan.

Laura Zuluaga dijo...

Solo queda recalcar lo mismo. La tolerancia es la mejor manera para que la buena comunicación prospere, cuando se escucha y se tiene una mente abierta y respetuosa, se da una discusión que aporta al pensamiento y al buen manejo del lenguaje.

IOANNA LÓPEZ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
IOANNA LÓPEZ dijo...

Todos los seres humanos en ocasiones tenemos dificultades para realizar una adecuada escucha, esto sucede por diversos factores, los más comunes son: que la persona que oye esta pensando en otra cosa y/o el tema simplemente no le interesa.

Respecto a lo que sucede en el aula de clase considero que más que ser un problema de los estudiantes, es un inconveniente que poseen algunos profesores al no tener la capacidad de producir en los alumnos el debido respeto para que se guarde el silencio apropiado, a fin de que la información sea comprendida más rápidamente y la clase se convierta en una actividad más amena. Sin embargo no se puede descargar la responsabilidad únicamente en los docentes, es por esto que para obtener éxito en este tipo de procesos se debe llegar a acuerdos entre profesor y alumnos que permita armonía y éxito en la realización de estas actividades.

De alguna manera, este tipo de inconvenientes se refleja mucho más en ciertas carreras como la nuestra, por algo estudiamos Comunicación Social y Periodismo, sólo que debemos ser consientes que existe un momento apropiado para hacer intervenciones que verdaderamente aporten a la clase.

Debemos ser tolerantes de parte y parte, aunque en definitiva, el que más habla, no siempre es el que más sabe.



IOANNA LÓPEZ - SECCIONAL ORIENTE

Eisen Hawer L. dijo...

Si. Como lo dice el profesor, no sabemos escuchar; ni a los profesores ni a nosotros mismos. Convertimos nuestras opiniones en tormentoso ruido que a nosotros mismos nos incomoda.
Lo primero que deberiamos hacer es tener claro lo que vamos a decir, indicar un orden en el que se va a tomar la palabra y respetar la opinion del otro aunque no estemos deacuerdo con ella. Tal vez muchas veces no nos parezca importante un tema en particular del que se este tratando, pero eso no es motivo para incomodar a los demas.

Aca lo mas importante es EL RESPETO. Si sabemos respetar podemos escuchar, refutar, comprender y dar nuestra opinion y nuesro punto de vista logrando que nos entiendan y entender lo que los demas nos quieren comunicar.

Eisen Hawer Lopez Chica
Seccional Oriente